Y es que los pequeños detalles, una palabra sincera, una caricia llena de sentimiento, la complicidad de un beso, la profundidad de una mirada.. esas pequeñas cosas son las que realmente recuerdas cuando llamas a gritos a la felicidad, las que se guardan como un verdadero tesoro en lo más hondo de tu ser. Esas pequeñas cosas son las que van llenando poco a poco días de ensueño.
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